Ir al contenido principal

Entradas

Pros y contras

 Limpia tu mierda. Suena casi a frase de película. Es, de hecho, una frase de película, de varias seguramente. Y es que como en una película, a las personas nos gusta mucho sufrir de repente para mantener la trama interesante. Hoy me deprimí. A veces me gusta llegar arrastrando los pies mirando al infinito pensando que mi vida no puede ser peor, que las deudas y la vida me agobian, que estamos en medio de una pandemia que muchos dicen que no está fea pero sí está fea, y si me contagio nos morimos todos, que la vida no tiene sentido, que no hago nada bien, que soy torpe. Que todo lo que toco de algún modo lo convierto en lo que mis gatos me regalan en su caja de arena. ¿Por qué nací, por qué estoy aquí? Soy solo una coincidencia, un número, nada especial. Me duele vivir. No creí nunca y aún no creo tener nada malo. Desde que me han dicho que tengo cuál o tal cosa les puse nombre, como a un peluche, pero nada más. Siempre que los describen lo hacen como algo terrible. Puedes llegar a
Entradas recientes

Mundo D.C

 A pesar de tener tanto tiempo libre, no había tenido espacio de pensar, y creo que mis contemporáneos tampoco. Estamos demasiado ensismados en preocuparnos por nuestro futuro, nuestro retiro, el trabajo y las deudas, casi sería una bendición morir si es que no estuviéramos preocupados también por la pregunta que siempre ha estado presente en la humanidad ¿Qué hay más allá de la muerte? Vivimos tiempos extraños ahora, muchas cosas son mejores y otras peores, aunque me siento muy culpable de decir que las cosas son mejores ahora, pero antes que empiecen a arrojarme jitomates, explicaré por qué. Este blog lo inicié hace años (qué digo años, ¡añísimos!) como una especie de terapia, porque siempre me ha costado decir lo que pienso e identificar lo que siento...pero hey, estamos trabajando en ello. Y no puedo dejar de pensar, después de leer todo lo que escribí, que a) me menosprecio demasiado y b) que a veces también me tomo demasiado en serio. Ah, por si no había quedado claro, esto va a

Aromas

Te escuché suspirar en sueños mientras me envolvias con tu cuerpo cálido y metías tu cabeza en mi pecho. Desperté totalmente, alerta, como una gacela olfateando en el aire el aroma del lobo; es cierto que los viejos hábitos toman tiempo en dejarse. Estaba acostumbrada a algo totalmente diferente pero similar al mismo tiempo, y eran otros brazos y otro aroma el que me envolvía, era otra sensación y un tiempo que ahora me parece lejano. Todavía soy reacia a admitirte a pesar que eres ya un invitado de honor dentro de esta amalgama de sensaciones, es poco más mi total desdén por cualquier cosa que signifique vulnerabilidad. Sin embargo, tus manos fuertes, cálidas, al rededor de mi cintura, buscando de forma juguetona bajo la blusa me hacen sentir pequeña, como una piedrecilla arrojada al mar, maravillada por la fauna marina a pesar de no darse cuenta que se hunde y se hunde más. Sin embargo, me siento protegida, tu aroma me envuelve. ¿Es almizcle? no, creo que es vainilla. Así como tu pie

Mitología

Él tiene el cabello negro como ala de cuervo; negrisimo y brillante. Cae graciosamente sobre su rostro aniñado mientras ríe de alguna broma. Su piel aceituna cubre de forma gloriosa su espalda ancha, hecha por dioses crueles que han decidido darle a aquel hombre la crueldad y el porte del mismo Ares. De voz potente y melodiosa, sus intenciones son tan negras como el cabello que corona sus sienes, tan negras como sus ojos inteligentes, que miran y calculan su próxima víctima. Es, en suma, el ángel caído de tantas narraciones fantásticas, el sueño de la doncella virgen y el pecado más sublime, que sí miras con cuidado y caes en su embrujo, ciertamente morirás. No ha pensado más que en sí mismo, no ha reparado siquiera en sus innumerables víctimas: se jacta de poder tenerlas siempre que lo desee y tiene razón, pues el embrujo de sus besos es un veneno que mata, lentamente, sí, pero con certeza. De ojos canela y sonrisa dulce, la contraparte de esta criatura cruel es un ángel que reza a

El joven de ojos canela.

Grandes y asustados, la miraban. Era un par de ojos imposibles de olvidar; dulces y oscuros como caoba. que parecían encerrar secretos que ella quería descubrir. Diez botellas vacías de cerveza al rededor del cuarto de hotel, música que alguno de los dos (quién sabe en qué punto de la velada) se dió el tiempo a poner. Conforme el hombre se fue acercando, mil imágenes la asaltaron: la traición, el dolor que ella conocía bien no quería infringirlo. Sin embargo, Café Tacuba canta para ella: "tú mañana ya te fuiste/pero antes me dijiste 'el futuro es hoy'". Y sin pensarlo demasiado probó con ansias los suaves labios rosas que ofrecían una dulzura y un embrujo tales que, un trío de cervezas más tarde, ella comprobaría entre besos y sábanas: un mar entero de emociones no todas negativas. La mañana llegó, y con ello la resaca. El joven de ojos canela miró con devoción el cuerpo desnudo que yacía a su lado y lo besó con tanta ternura como la noche anterior, antes que cayeran

Asesinos

A lo largo de tu vida ves morir cientos de veces partes importantes de ti, puede ser un familiar o un amigo. Incluso hace poco, la que era mi mejor amiga me contó que su hermano, al que yo conocía cuando era adolescente había muerto. ¿Cuántos años tendría? Me pregunte mientras Abigail estaba hecha un mar de lágrimas. No era ya el el veinteañero que conocí, por supuesto, pero tampoco tenia la vida hecha. No llegó a casarse ni a tener familia. No pudo ver a sus hermanos menores graduarse, ni a sus padres pensionarse. Si, murió. Hay una frase muy graciosa de una serie cuyo nombre no consigo recordar, que dice "nadie tiene un propósito, nadie pertenece a ningún lugar, todos vamos a morir". Y no podría estar más en lo cierto, todo tiene un principio y también un final. ......... ..... ... Recuerdo estar viendo algun video de una tradición nipona donde el chico le entrega a una chica el botón de su uniforme, como prenda de amor. Claro, es simbólico, pues la chica tuvo que ren

Dicen que siempre llega

Un día estás riendo a carcajadas, teniendo un día común. Piensas con ánimos que posiblemente llegues a la meta y te lleves un buen bono, que ocuparás para comprar tu sala nueva, tu ropa, o lo que se te venga en gana. Pero inevitablemente, en ese mismo instante, la venda de tus ojhos se retira y el ánimo se sfuma con un frío escalofrío, que te hace pronunciar las palabras: "¿Qué estoy haciendo con mi vida?" Ese instante de claridad cruda, según parece, lo tienen todos en alguna etapa de su vida. Generalmente te dice que a los 30´s pero yo lo tuve casi una década antes. Me da un ataque de pánico el saber que he pasado más de veinte años desperdiciados de la manea más absuda, conformándome con medios empleos, tiempos completos, medios amores. Que es probable que éste no sea mi lugar, que se lo he quitado a alguien más por que no hubo más remedio, que estoy en el empleo equivocado donde acabo exhausta al final del día, que no sé qué estudiar, no sé que me hace feliz, no sé qué